Mi Valor no está en mis Resultados

Introducción: El Mapa de Cualquier Nuevo Comienzo

La semana pasada, después de ejecutar mi sistema a la perfección durante tres horas, cerré el día con una pequeña pérdida. Y por primera vez en mi vida, me sentí completamente en paz. Esa calma, en medio de un resultado adverso, es el destino de un viaje que casi todos empezamos con una arrogancia peligrosa.

Todos hemos estado ahí. Empezamos a aprender algo nuevo —un idioma, un instrumento musical, dominar una nueva táctica en un deporte, un nuevo negocio— y después de las primeras victorias, una voz arrogante nos susurra: "Esto es fácil. Ya lo tengo dominado."

Y justo después, inevitablemente, llega la caída.

Esta no es una historia sobre un solo tema. Es la historia de cualquier proceso de aprendizaje. Es la lucha que sentí al emprender, y la que veo en mis clientes cuando se reinventan. Es un viaje con un mapa predecible, y entenderlo es la clave para no abandonarlo.

El Mapa Universal del Crecimiento (El Efecto Dunning-Kruger)

Ese mapa tiene un nombre: el efecto Dunning-Kruger. No es un fallo de carácter, es un patrón universal que describe el viaje desde la confianza ignorante hasta la sabiduría humilde.

Fase 1: El Monte de la Estupidez Es la fase inicial. Con un poco de conocimiento, nuestra confianza supera con creces nuestra competencia real. Creemos que lo sabemos todo porque "no sabemos lo que no sabemos". Las primeras victorias aquí pueden ser catastróficas.

• En la práctica: Es el trader novato que gana su primera operación y cree que ha descifrado el mercado. Es el jóven futbolista que mete un gol en su primer partido y cree que ya está listo para el Balón de Oro. Las primeras victorias aquí pueden ser catastróficas, porque nos hacen apostar más de lo que deberíamos.

• Recomendación Estratégica: Gestión de Riesgos Obsesiva. Tu única misión aquí no es ganar, es sobrevivir. Si estás emprendiendo, mantén tus costos al mínimo. Si aprendes a tocar la guitarra, no te compres la más cara. El objetivo es comprarte tiempo para aprender de tus errores sin que te cueste el partido.

Fase 2: El Valle de la Desesperación A medida que aprendes más, te das cuenta de la inmensidad de lo que te falta. Tu confianza se desploma. Aquí es donde se siente que, a pesar de hacer "todo bien", los resultados no llegan. Es la fase más larga y donde la mayoría abandona.

• En la práctica: Es el momento en que, en el póker, pones todo tu dinero en el centro con un 90% de probabilidad de ganar, y una carta milagrosa en el final te lo quita todo. Es el delantero que entrena la definición a puerta mil veces, y en el partido, falla la oportunidad más clara. Tu mente grita "¡qué injusto!", pero tu sistema te susurra "la decisión fue correcta". Es la fase más larga y donde la mayoría abandona, creyendo que el sistema no funciona.

• Recomendación Estratégica: Enamórate del Proceso, no del Resultado. Tu único refugio aquí es la ejecución disciplinada de un sistema. Mide tu éxito no por las victorias o derrotas diarias, sino por tu adherencia a tu plan. La consistencia es lo único que te sacará del valle.

Fase 3: La Pendiente de la Iluminación Con la persistencia, algo empieza a cambiar. Empiezas a reconstruir tu confianza, pero esta vez no se basa en la ignorancia, sino en una base sólida de habilidad real y humildad. Ya no necesitas pensar en cada paso; empiezas a actuar desde una competencia más intuitiva.

• En la práctica: Es cuando las decisiones al tocar un instrumento empiezan a sentirse "automáticas". Es el centrocampista que ya no tiene que pensar en cómo controlar el balón; simplemente lo hace. Su mente se libera para ver el pase que nadie más ve.

• Recomendación Estratégica: Empieza a Integrar y a Confiar en tu Intuición. La maestría no es solo seguir las reglas, es saber cuándo romperlas. En esta etapa, el trabajo es integrar tu conocimiento técnico con tu experiencia vivida para desarrollar tu propio estilo.

Fase 4: La Meseta de la Sostenibilidad Alcanzas un alto nivel de competencia y una confianza bien fundada. El reto aquí ya no es crecer, sino sostener. Las habilidades que te trajeron hasta aquí (la intensidad, la obsesión por aprender) no son las mismas que te mantendrán. Ahora el juego es sobre hábitos, consistencia y evitar la complacencia.

• En la práctica: La nueva actividad ya no es emocionante todo el tiempo. Se convierte en un trabajo de ejecución consistente y profesional. Es el jugador veterano que ya no se luce con regates innecesarios, sino que basa su excelencia en un posicionamiento perfecto y en tomar siempre la decisión simple y correcta. Su brillantez es silenciosa.

• Recomendación Estratégica: Construye Sistemas y Hábitos. Crea rutinas que te permitan ejecutar tu "Juego A" de forma consistente y con menos esfuerzo. Automatiza lo que puedas. Y, sobre todo, sigue aprendiendo, pero ahora desde un lugar de curiosidad, no de necesidad.

El Verdadero Valor de un Coach

Atravesar este mapa, especialmente el Valle de la Desesperación, es un viaje solitario. Y fue en medio de esa lucha donde encontré mi verdadero propósito como coach.

Cuando un cliente se sienta frente a mí, frustrado y perdido en su propio valle, no le daré una solución de un libro. Lo miraré a los ojos y le diré:

"Entiendo. Conozco esa sensación. He estado ahí. Déjame acompañarte en esa frustración y exploremos juntos qué es lo que de verdad necesitas para dar el siguiente paso."

Mi autoridad no viene de ser infalible, sino de la experiencia vivida en la arena. Porque hoy sé que mi verdadero valor como coach no está en lo que consigo, sino en lo que soy:

• Soy el que está presente.

• Soy el que sabe escuchar profundamente.

• Soy el que hace las preguntas poderosas.
  
  
  

Conclusión: La Confianza que Nace del Camino

Hoy sé que mi valor no está en mis resultados, sino en la persona en la que me he convertido durante los picos y los valles. El verdadero valor está en mis habilidades y en los aprendizajes que he recogido durante el camino.

La verdadera libertad no es tener mucho dinero. Es soltar el miedo a perderlo todo y comenzar de cero, porque sabes que la persona en la que te has convertido —tu calma, tu disciplina, tu sabiduría— ya nadie te la puede quitar.

Si tú también estás en medio de tu propia escalada, hablemos. A veces, la perspectiva de alguien que conoce el terreno es lo único que necesitas para recordar que tu valor no está en la cima, sino en cada paso que das.